
La Luna, una mirada
Luisa de Noriega
Inició como pintora figurativa y al estudiar la maestría en la Academia de San Carlos, el maestro Javier Anzures le pidió que olvidara todo lo que había aprendido hasta ese momento, así encontró un lenguaje propio con el que sigue trabajando.
Inicia su trayectoria artística en el diseño gráfico y posteriormente se especializa en el campo de la ilustración a partir de la publicación de su libro "Yo soy el durazno", Editorial Trillas, 1983.
Desde 1993, se dedica profesionalmente a la pintura, y en 2002 ingresa a la Maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos, obteniendo Mención Honorífica en su examen de titulación.
Entre sus exposiciones más relevantes están: "Encuentro de ilustradores", 1993 en el Museo de Arte Alvar y Carmen T. Carrillo Gil; “Lotería”, 1996, en la Galería Mexicana de Diseño; "Valuarte", 2007, San José de Costa Rica; "100 años, una visión contemporánea", 2010, Museo Universitario de Ciencias y Arte, MUCA; “Espejo de la Mirada”, Aldama Fine Art, 2011; “Art al Vent X”, 2010, Ayuntamiento de Gata de Gorgos, Alicante, España; "Luna y Sol, Dualidad", 2017, Museo del Barroco de Puebla y Museo de San Idelfonso; “Rumbo al Desierto”, 2021, Museo del Desierto, Saltillo Coahuila.
Su obra forma parte de la colección del Museo de Mujeres Artistas Mexicanas, MUMA, y de la Colección Milenio. Ha sido seleccionada en la Bienal de Pintura Alfredo Zalce, 2006, y en la Bienal Silvia Pawda, 2009; y premiada en 2002, en el concurso de Cartel de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.
Su trabajo ha sido publicado en los libros "México, una Luz al Mundo", 1999; "Resumen", Nº 77, “Pintores y Pintura Mexicana, 2006 y "200 Pintores Mexicanos", 2009.
Fue académica en la carrera de Artes Visuales de la Universidad Anáhuac Norte de 2016 a 2018; y desde 2002 dirige un taller de pintura.
Óleo sobre lino
132 x 132.5 x 7.5 cm
2016
El color es el caleidoscopio emocional y sensorial que guía su obra pictórica.
COMUNICAR ABSTRACCIÓN
Con el abstracto se comunican más sentimientos, se comunican más atmósferas, finalmente son cuestiones muy abstractas y difíciles de describir con imágenes. Lo comparo un poco con la literatura, siento que la pintura figurativa es la prosa y la pintura abstracta es la poesía, es algo que no es tan tangible pero que de alguna manera, a través de otro lenguaje, sigues diciendo cosas. En este caso, la Luna, se me facilitó mucho el lenguaje abstracto porque, aunque visiblemente la percibimos, es una cuestión muy abstracta que es el Universo.
PENSAR CON EL COLOR
Inicio con una idea de color, normalmente nunca hago bocetos, empiezo manchando la tela, y la mancha me va sugiriendo cosas. Se inicia un diálogo entre la tela y yo, es como si digo algo y la tela me contesta, así voy transmitiendo el mensaje y se va creando la obra.
FIGURA Y ABSTRACCIÓN
Cuando pinto figurativo, que lo sigo haciendo, de una manera retomo lo que sé, la figura no es tan lineal, se confunde con el plano y los fondos, creo que ahí es donde puedo combinar los dos lenguajes. La comunicación actual no es tan directa como la figurativa, hay que leerla de otra manera, yo siento que sí se puede combinar ambos lenguajes en ciertos planos.
IMPREGNARSE DE VER
Las fases de la Luna son verdaderamente espectaculares, y fue una oportunidad observarla más en este ejercicio de pintarla, porque es algo que normalmente no hago tanto, y en esta ocasión me levantaba muy temprano, en la madrugada para observarla, la estuve viendo en diferentes momentos. Sobre todo tengo un recuerdo muy vívido de la última vez que me puse a observar la Luna, estaba frente al mar, y este sentimiento de la noche y el mar fue el inicio que tuve como modelo. La Luna es muy fría y desde este punto los colores estuvieron planteados con gama de azules, de platas. Siento y he visto que todos días y las cosas tienen un color, entonces las emociones también se pueden poner en color.
LA LUNA DE LUISA DE NORIEGA
Cuando comencé a trabajar la Luna, lo primero que pensé fue “quiero poner en este cuadro la sensación que me da la Luna”. Al observarla sentí que nos hemos acostumbrado muchísimo a que la Luna está ahí siempre y que la damos por hecho, pero es un espectáculo y es increíble observarla. Encontré un poema de Jaime Sabines que habla sobre la Luna, de cómo sirve para diferentes afecciones o que puede ser un remedio para distintas cosas, que se le puede dar a los niños cuando no pueden dormir o se le puede dar a los ancianos para bien morir. Es como si la Luna nos diera ciertas dosis y sentí que tenía mucho que ver en la forma que empezaba a pintar este cuadro, porque cuando volteaba a mirar la Luna con un instante, con un momento muy corto de estarla observando, tenía suficiente información. La Luna nos da dosis grandes de una emoción y es lo que finalmente intenté plasmar, la emoción que me produce esta Luna es lo que está en este cuadro. La pintura abstracta es plasmar esta experiencia, es plasmar esta cuestión que tienes dentro sobre interpretar tal o cual cosa.
La Luna es un estado de ánimo que proyecta la psique, las nubes crean una cubierta espectral que impide que la contundencia lunar aparezca. En el ocultamiento está el misterio, es la atmósfera que crea la presencia de algo que no podemos ver. Luisa de Noriega se concentra en el efecto lunar, en la ensoñación evocadora ante lo que no alcanzamos a vislumbrar. Enfatiza la vibración con pinceladas dispersas en distintas tonalidades que imponen movimiento, que hacen temblar al lienzo. La abstracción es un estudio del color, con implicación en nuestro subconsciente, nos lleva a la imprecisión de sentir lo inexplicable.